Entre lo viejo y lo nuevo en el flamenco: Sabicas
Agustín Castellón Campos nace en Pamplona en 1912. Niño prodigio autodidacta, actúa por primera vez en público con sólo ocho años. Desde muy pequeño, el Niño de las Habicas estaba predestinado a romper moldes entre la comunidad flamenca.
Al año siguiente, Carmen Amaya y Sabicas inician una gira por los principales teatros de Latinoamérica, tras la cual, en 1940 dan el salto a los Estados Unidos. Después de un período de rodaje en salas pequeñas, en enero de 1942 tiene lugar su gran debut en el Carnegie Hall –el New York Herald Tribune recogería en su crítica que “Sabicas consiguió una buena parte de los mejores aplausos de la noche”.
El Niño de las Habicas llega a Madrid a comienzos de la década de 1920, y muy pronto su virtuosismo lo convierte en un habitual del Villa Rosa. También viaja asiduamente a Barcelona, donde participa en espectáculos de Ópera Flamenca –y donde hará sus primeras apariciones como solista–, además de realizar diversas grabaciones en la industria del gramófono. Entre el final los años 20 y comienzos de los 30, Sabicas colabora como tocaor con las grandes figuras del Flamenco: la Niña de los Peines, Estrellita Castro, Imperio Argentina, Angelillo, Juanito Valderrama, Niño de Utrera, y muchos otros.
En 1957, Carmen Amaya finaliza su gira americana y Sabicas comienza una nueva etapa; el Maestro inicia diferentes colaboraciones con el guitarrista Mario Escudero, con el que grabará tres discos y actuará en diferentes ocasiones. Entre ellas, su recital en el Town Hall de Nueva York en mayo de 1959, que según diversos críticos americanos se convertiría el primer recital de guitarra flamenca de la historia, suponiendo un punto de inflexión en la carrera de Sabicas.Tras cinco años triunfando en los mejores escenarios de América del Norte, Sabicas se instala en México, donde al poco tiempo contraerá matrimonio y fruto del cual nacerán dos hijos.
Pero en 1955, Carmen Amaya se cruza de nuevo en su vida y lo contrata para una nueva gira por Estados Unidos. En ese momento, Sabicas se traslada con su familia a Nueva York, donde se establecerá definitivamente hasta el final de sus días, y desde donde ejercerá una gran influencia a nivel mundial gracias al gran altavoz que supone triunfar en Estados Unidos.
“Con Sabicas descubrí una limpieza de sonido que yo nunca había oído, una velocidad que igualmente desconocía hasta ese momento, y en definitiva, una manera diferente de tocar. A partir de aquí, no es que me olvidara de Ricardo, pero sí pude añadir a mi aprendizaje la manera de tocar de Sabicas y la transformé para hacerla mía”
Una carrera como concertista que, aunque limitada durante mucho tiempo al territorio estadounidense (por el miedo a volar del Maestro), tuvo una enorme repercusión en todo el mundo gracias a una prolífica producción discográfica –con más de 40 discos de estudio a lo largo de su carrera– que también se distribuye en Japón, Australia, Inglaterra o Francia. A partir de 1959, cuando sus discos comienzan a llegar a España, Sabicas ejerce una gran influencia en toda una generación de guitarristas flamencos, que descubren una nueva manera de tocar la guitarra. Y pocos años más tarde, en 1963, se producirá un encuentro que cambiaría la historia de la guitarra flamenca; Paco de Lucía conoce en Nueva York al Maestro Sabicas.
Hasta que dos años más tarde, Enrique Morente reclama su presencia en el I Cumbre Flamenca, con la que recorrerá varias ciudades de España y Alemania. Y será en 1987 cuando el Maestro Sabicas reciba un merecido homenaje en el Teatro Real de Madrid.
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